Arturo Jauretche

Los pueblos no odian, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor.



viernes, 17 de junio de 2016

José López

Me permito iniciar estás líneas con una reflexión auto referencial. Siempre me consideré un kirchnerista con visión crítica (no un kirchnerista crítico, ya que no es lo mismo) por estar convencido que sin discutir los problemas, sin ponerlos arriba de la mesa los problemas no se solucionan. Es infantil esa visión que piensa que por negar o esconder un problema el mismo va a a desaparecer. La negación, que le dicen los psicólogos, no funciona en política. Y hago esta introducción porque voy a escribir algunas reflexiones sobre la novela de José López y lo voy a hacer con una visión crítica que seguramente incomodara o molestará a algunos compañeros. Ahí vamos. Para intentar ahorrar tiempo a algunos comentarios que pueden surgir de lo que voy a escribir me adelanto a decir que tengo absolutamente claro que la corrupción institucionalizada, como define el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, a la corrupción estructural, aquella que transfiere recursos de los sectores trabajadores al capital, es decir lo que hace el neoliberalismo (Macri para ser más claro); es infinitamente más dañina para la sociedad que lo que puede hacer uno, dos, veinte funcionarios corruptos como José López. También tengo absolutamente claro que el impacto mediático de un funcionario kirchnerista corrupto es amplificado al infinito por los medios de comunicación concentrados ya que sirve a su relato de que "son todos chorros", relato que no tenemos que perder de vista, caló profundo en el sentido común de buena parte de la ciudadanía. Y tampoco soslayo que muchos funcionarios del actual gobierno son corruptos de "guante blanco". Para seguir con las aclaraciones previas, no puedo omitir que hay corrupciones aceptadas socialmente, ya que la evasión hacia paraísos fiscales o las declaraciones (como la de Melconián) de que se tienen cuentas no declaradas en el exterior no genera repudio social ni mediático y andar con bolsos de dólares a la vieja usanza es un escándalo. Podría seguir con la lista pero prefiero ir a las reflexiones (los corruptos privados que pagan por ejemplo) que me genera el caso de José López. Considero que este hecho no es un hecho más y que requiere que lo abordemos integral y francamente. En primer lugar, es momento que tomemos en cuenta que un proyecto nacional y popular siempre va a ser atacado por el establishment a través de los grupos concentrados de comunicación. Por lo cual, un proyecto como este no es viable si no logra erradicar o al menos minimizar a su mínima expresión las prácticas corruptas, ya que de otra forma hay un flanco débil sobre el cual van a pegar para horadarnos (si hay dudas sólo hay que ver lo que pasó y continua pasando en Brasil). La obscenidad de un funcionario lleno de dólares cuando los militantes y muchos adherentes que se jugaron en serio están en estos momentos sin trabajo o con grandes problemas genera una contradicción flagrante. Recomiendo para entender mejor este punto la carta de Carlos Barragán (https://cynthiagarcia.com.ar/2016/06/15/carta-a-jose-lopez-x-carlos-barragan/) en la que un ferviente militante del proyecto, que puso el cuerpo, la cara, su prestigio y que hoy está sin trabajo por las reformas macristas en los medios públicos, le escribe al funcionario corrupto. Esta dicotomía entre militantes y gente de a pie que pone todo, mucho o algo y un funcionario que se enriquece ilícitamente y, además, pone en juego el proyecto colectivo es inaceptable. Un párrafo aparte merece la negación de muchos compañeros. Básicamente esta negación tiene dos líneas argumentatitvas. La primera que "está todo armado" que es una operación, que al tipo le pagaron para que hiciera esto, etc. Vamos a suponer que está "todo armado" (lo cual me cuesta mucho creer, perdón pero nunca abrevo de teorías conspirativas), si esto fuera así aún queda la pregunta de cómo pudimos tener durante 12 años en la tercera línea del gobierno a un tipo que está dispuesto a participar de una operación como esta. La otra vertiente de la negación es poner el espejo y decir: "y los Panamá papers" y argumentos como esos. No quiero decir que no debamos denunciar la corrupción macrista pero no así. No debemos caer en la pelea por haber quién es más corrupto, nosotros debemos ser mejores, nosotros no podemos aceptar estas prácticas en nuestra fuerza y además, por mera supervivencia de nuestro proyecto, no podemos tener estos deslices, los medios de comunicación son de ellos y siempre van a amplificar nuestros errores y a tapar y justificar sus horrores. Para cerrar en forma polémica quiero traer una pregunta muy incómoda. ¿Cómo puede ser que José López haya podido hacer las tropelías que evidentemente hizo durante 12 años como funcionario de la tercera línea de nuestro gobierno? Porque no podemos seguir haciéndonos los distraídos, este personaje trabajó junto a Julio De Vido por 12 años, por lo que por acción u omisión De Vido también debería ser cuestionado por nuestro espacio como lo está siendo este nefasto José López, ya que por lo menos De Vido fue un inoperante por no haber detectado esta situación en un funcionario de su equipo de trabajo. Además, no podemos decir que José López es un advenedizo que apareció para robar. El tipo estuvo 12 años y fue electo como Parlamentario del Parlasur en la lista del FpV de Tucumán, es decir que se lo puso en la lista de parlamentarios junto a compañerazos como Taiana, Teresa Parodi, Milagro Sala, etc., etc. Creo que este golpe terrible (esta trompada en el estómago como dijo Cristina) nos tiene servir para discutir internamente en forma fuerte y sincera, para purgar definitivamente el proyecto de estos personajes y para entender que no tendremos un proyecto viable si dejamos el flanco de la corrupción abierto. Además, por respeto a los compañeros que pusieron, ponen y van a seguir poniendo todo es hora de entender que estos personajes, enriquecidos obscenamente montados en el esfuerzo de cientos de miles de militantes, no pueden formar parte de nuestro proyecto. Como dijo el Pepe Mugica: "...has de vivir como piensas o terminarás pensando como vives".