Arturo Jauretche

Los pueblos no odian, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor.



viernes, 3 de abril de 2015

Lo que va a pasar

La idea me quedó retumbando después de una cena en la que conversábamos sobre uno de los temas excluyentes, hasta junio por lo menos, la sucesión presidencial. Uno de los presentes dijo: “es lo que va a pasar, no es lo que yo quiero que pase pero es LO QUE VA A PASAR”. La fascinación por conocer el futuro o lo que va a pasar, es bien conocida y abarca desde el tiempo (meteorológicamente hablando) hasta el resultado de un partido de fútbol. A priori, a todos nos gustaría saber qué va a pasar. Sin embargo, saber lo que va a pasar es de derecha (entendiendo por derecha en este caso lo conservador). Ahora bien, ¿por qué mezclo la futurología con la derecha? La idea en la que me baso para decir esto es que el que sabe qué va a pasar pierde la voluntad por hacer o por intentar que el futuro sea de una determinada manera. Veamos un ejemplo simple y trivial, ¿alguien iría a ver a su equipo sabiendo de antemano que va a perder 3 a 0? Por favor dejemos de lado la lógica del aguante, según la cual aun conociendo este resultado catastrófico hay que ir a alentar al equipo. Lo que mueve a un hincha es la esperanza, incluso cuando su equipo sea un desastre y venga jugando horrible, cada nuevo partido se renueva la ilusión, la esperanza, la ilusión es lo que hace que uno vaya a la cancha aun intuyendo que el resultado puede ser adverso (si venimos siendo un desastre) pero con la interna luz de esperanza de que este domingo la cosa puede cambiar. Nadie iría a ver a su equipo si supiera que va a perder 3 a 0, se quedaría en su casa o haría otra cosa, pero ¿qué pasa si sabe que va a ganar? Obviamente en este caso lo primero que se nos ocurre es que iríamos a la cancha a disfrutar del triunfo. Sin embargo, la certeza del triunfo le quita emoción, expectativa y pasaría a ser un trámite; tampoco sirve tener la certeza de que nuestro equipo va a ganar. Lo que nos moviliza es la incertidumbre, esa tensión de no saber qué va a pasar, de que podemos volver contentos o puteando y amargados. Pero la charla a la que me refería al inicio nada tenía que ver con fútbol, se refería a cómo resolvería el FpV su candidato para la elección de este año y qué hacer ante ello. Y en ese contexto fue en que se lanzó la frase “es lo que va a pasar” referida a que el actual Gobernador de Buenos Aires ganaría las PASO y sería el candidato del FpV. La afirmación fue lanzada con resignación pero contundentemente: “es lo que va a pasar, no es lo que yo quiero pero va a pasar”. Los fundamentos de esta afirmación podrían ser encuestas, intuición, una evaluación del cuadro de situación actual u otros. Pero eso no es lo que importa sino que de esa certeza es hija la resignación, la paralización, es decir aceptar el statu quo que nos imponen y por eso la tesis de que conocer lo que va a pasar es derecha. Más allá de indicios más o menos fuertes sobre algo, nadie sabe lo que va a pasar y lo que puede hacerse es plantear escenarios para tomar decisiones y plantear estrategias, pero sin perder de vista que son eso: escenarios. Y los escenarios pueden cambiar por diversos motivos, algunos totalmente imprevistos. Repasemos como ejemplo lo que pasó en Brasil con la muerte en un accidente de un candidato meses antes de las elecciones lo que catapultó a Marina Silva como una aspirante seria a la presidencia. Otro motivo es que la voluntad de muchos y su perseverante militancia logre cambiar el escenario y por tanto, mediante la voluntad, se tuerza lo que inicialmente parecía algo ya definido. Entonces, como no sabemos lo que va a pasar, lo peor que puede pasarnos es dejarnos convencer de que determinadas cosas ya están definidas, ya que eso nos inmoviliza, nos quita las fuerzas. Lo que debemos hacer es pensar en lo que queremos que pase y trabajar para que pase. La fuerza de la voluntad que le dicen, con la cual puede modificarse la realidad, o en este caso el futuro que parecería escrito. Y en mi caso, como no dispongo de la bola de cristal, sólo sé lo que yo quiero que pase y no lo que va a pasar. Y lo que quiero que pase es que tengamos un candidato que realmente represente, garantice y profundice el proyecto; lo que claramente no hace el actual Gobernador de la provincia de Buenos Aires, por lo que voy a hacer todo lo que esté a mi humilde alcance (lo cual lamentablemente no es mucho) para que ocurra.